El por que del nombre “Vespa”

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el empresario Enrico Piaggio tuvo muy claro que la Italia de la postguerra iba a necesitar un vehículo utilitario familiar y económico que ayudara a poner de nuevo en marcha el país.

Piaggio era un fabricante aeronáutico que fabricaba aviones de combate para el ejército de Mussolini, aunque paradójicamente era conocida y notoria su poca simpatía por el Duce. Los bombardeos aliados habían dejado la factoría como un solar y Piaggio decidió adaptar su experiencia en el uso de la chapa metálica con la que construía sus aviones y que había logrado salvar de las bombas, a la fabricación de ese nuevo vehículo.

El primer prototipo se llamó “Paperino” y fue encargado a Renzo Spolti -todavía con el conflicto bélico activo- pero el resultado no gustó al empresario, que le veía todavía demasiado aire militar. Para rediseñarlo acudió entonces a uno de sus mejores ingenieros de helicópteros, Corradino d’Ascanio, el cual -por cierto- detestaba las motos.

Y esa fue, precisamente, la clave del éxito de ese extraño scooter… El genial Ascanio creó una moto para “no motoristas” que se conducía sentada y no a horcajadas, era limpia y tenía el embrague y el cambio en el manillar. Fue el propio Enrico Piaggio quien, al ver el resultado final, con la rechoncha parte trasera del vehículo y el característico zumbido del motor, exclamó entusiasmado: “Parece una avispa”. ¡Acababa de nacer la Vespa!

 

Gonzalo de Martorell

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